Amarillo  
Nos derrite el calor por adelantado, apenas es marzo y ya vivimos como en un horno de microondas.  Microondas si te quedas mirando el horno de microondas mientras cocina, se te funde el cerebro con la radiación, se te cuecen los globos oculares, y después de un tiempo mueres.  Es verdad, todo el mundo lo sabe, todo el mundo excepto Juan. Juan se casó conmigo hace no sé cuantos años.  

Amarillo  
Me gusta el jugo de naranja, casi no bebo otra cosa más que jugo de naranja, leche y té de manzanilla. El resto de los líquidos están llenos de químicos o de bacterias. Los químicos tarde o temprano destruyen tu estómago y disuelven tus intestinos. Ayer tiré todas la cervezas de Juan, cuando llegó del trabajo se puso furioso y comenzó a gritarme. –Juan, ¿es que no entiendes que todo lo hago por tu bien?-.  

Amarillo  
Los insectos también son un problema. Los insectos se apoderan poco a poco del mundo y no podemos hacer nada por evitarlo. Los insectos se reproducen masivamente y antes de que nos demos cuenta, estarán en todos lados. Le he pedido a Juan que ponga mosquiteros en las puertas y ventanas para que los insectos no se metan en la casa. Juan simplemente mira al techo, suspira y asiente con la cabeza. Sé que piensa que estoy exagerando, sé  que no es capaz de darse cuenta del peligro inminente.  

Amarillo  
La ciencia está en contra nuestra,  y siempre lo ha estado. La ciencia al servicio del mal, en pro de las mutaciones, de las pestes, del robo de órganos. La ciencia del lado NASA, creando niños buitre –para depredar inteligentemente- niños pez con branquias –para explorar las profundidades- niños cucaracha resistentes a la radiación –sólo ellos sabrán para qué -. Estoy haciendo un álbum de recortes del periódico que Juan compra a diario. Así recordaré detalladamente las mentiras de los científicos.  

Amarillo  
Ya nunca salgo a la calle, ni siquiera al jardín de enfrente. Juan trae a casa todo lo que necesito. Ya nunca salgo a la calle, la última vez un hombre me miró y supe que era un asesino múltiple, lo vi en sus ojos. La calle está llena de asesinos múltiples, si no hubiera dado la vuelta de regreso a casa, ese hombre me hubiera matado, y entonces Juan se hubiera quedado totalmente desprotegido sin mí, como un bebé en medio del bosque, sin mi esfuerzo constante por alejarlo del peligro.  

Amarillo  
Nada es lo que parece ser, las cosas siempre te engañan la gente siempre te engaña. Nada es lo que parece ser, las etiquetas de las latas de comestibles mienten, no contienen calcio, no contienen vitaminas, no contienen hierro. La gente siempre te engaña, la vecina finge arreglar su jardín, pero en realidad me espía, espera el momento en que me descuide para venir a robarnos el rehilete regador de pasto. Juan cree cada vez más en el engaño, se está perdiendo y tengo miedo de que al fin logren alejarlo de mí. Pobre Juan, tal vez ya no hay remedio.  

Amarillo  
Fue inevitable; Juan estaba mintiendo, Juan estaba del otro lado. No pude evitarlo, de no haberlo hecho,  se hubiera ido y  la radiación lo hubiera fundido, los químicos derretirían su estómago,  los insectos lo hubieran devorado, un asesino múltiple lo habría matado, lo hubieran seguido engañando para que terminara conmigo, la única que lo hubiera podido salvar como lo hice. Con la consideración de una esposa perfecta, con mi amor por él, y con pequeñas dosis de arsénico cada mañana.  

Amarillo  
Salvado, por que aquí a mi lado,  los restos de Juan no serán carroña para para los experimentos de mutación genética de la NASA. Aquí, junto a mí, en el sillón de nuestra sala, Juan y yo esperaremos la bomba atómica mientras bebemos jugo de naranja y escuchamos un disco de Frank Sinatra, New York,  New York...  hasta que nos ciegue el resplandor del color que más me gusta:  
Amarillo, Amarillo.